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11 sept 2006

El 11 de Septiembre





El 11 de Septiembre

Si pensaron encontrar en este artículo frases políticamente correctas como. “Él día de la infamia” o por lo menos un, “pobres gringos no se lo merecían”, no lo encontraran, la verdad me disculpo de antemano con Depeche, porque quizá clausuren su sitio por lo que voy a decir. La verdad lo que hice aquel 11 de septiembre del 2001 fue festejar la caída de esos pinches falos feos, no me arrepentí en aquel momento y no lo haré ahora a pesar de que me castra el hecho de que los gringos se sientan con el derecho de invadir Irak y Afganistán utilizando de pretexto este evento que a muchos les causó placer y más allá de eso lo que causó fue la gratificación de que existía o que podía existir la justicia al final del día o un poco de ella. Todos sabíamos y aún sabemos que los Estados Unidos no se van a derrumbar por el choque de tres aviones sobre sus edificios importantes. Sin embargo la satisfacción de haber visto de rodillas con una patada en la entrepierna al bravucón, al imbécil con fuerza de toro y cerebro de pollo que se creía invencible y eterno fue lo que les hizo el día a muchos.

Ahora me encuentro escribiendo este artículo resistiéndome temerariamente a incluir palabras en inglés o incluso pensarlas, porque existimos muchos que sabemos hablar este idioma y creemos que nos muestra más inteligentes o sofisticados saber hablarlo a pesar de que cualquier cabrón puede, porque si Bush lo hace, cualquiera en este universo puede hacerlo. Andamos por la vida pensando que si el día de mañana desaparecieran los gringos no pasaría nada, que no extrañaríamos a los Simpsons o a South Park o que incluso quizás sería mejor que nunca hubieran existido y entonces ya no habríamos visto las grandes e inolvidables Belleza Americana y el Club de la Pelea. Se me olvida a menudo que también Tyler Durden es gringo y que todas las palabras del escritor del libro del cual se basó la película es gringo también y que toda sus frases provienen directamente de la cultura estadounidense y de esta misma manera mucha de la música que escuchamos es de gringolandia. Así es y, he llegado a pensar que NIN sonaría mejor si Trent Reznor no hubiera nacido en los Estados Unidos de América.
Hace un tiempo hice un ensayo para una clase de teoría literaria sobre “The Figth Club” y su escritor Chuck Palahniuk en el cual obtuve un 7, porque según la maestra, el texto era demasiado “estadounidense”. Lo primero que hice cuando vi la calificación y el comentario de mi maestro fue decir, “mierda”, claro no en español, sino en inglés (como dije, no voy a utilizar palabras en inglés amenos que sean necesarias). Más tarde pensé ¿Qué cosa es demasiado gringa para no entenderla o incluso para no sentirse coparticipe? Hemos sido invadidos culturalmente y lo hemos aceptado bastante bien sin darnos cuenta. Hemos hecho una relación enfermiza de patán golpeador e histérica esposa sumisa. Con esto no quiero decir que debamos tomar el sobrero y quemar todo lo gringo. De la misma manera en la que no me arrepiento de haber festejado tomando chelas y tragando pizza con mis cuates el once de septiembre, no me arrepiento de reírme viendo los Simpsons o viendo una y otra vez el Club de la Pelea mientras escucho NIN. No, la neta me late más la idea de darles de patadas en los huevos a los gringos hasta que cambien a querer destruirlos, aunque la idea de bailar sobre su tumba siempre será tentadora es mejor aceptar que tienen buenas cosas y pensar que el problema quizá no son los gringo en si, sino los pendejos republicanos que gobiernan el país y todo su sequito de pendejos conservadores que los apoyan, que por desgracia son como la mitad, pero al rato igual cambia la cosa.

Ya para no hacerlo más largo, me molesta un poco el hecho de que los medios de comunicación ponen muy pragmáticamente sus comentarios. Terroristas malos, gringos buenos. Es estúpido pensar que los gringos no hicieron nada para recibir algo así, es más, simplemente ese mismo día, pero de hace tres décadas la CIA y Pinochet ejecutaron uno de los peores golpes de estado de la historia de Sudamérica. Así que siendo justos, la neta, se merecían un avionazo más en la Casa Blanca, pero bueno, así están las cosas. Nada es de a gratis y hasta que no entiendan eso los gringos jamás estarán seguros. Hasta que no entiendan que los incendios que provocaron no se apagan con más fuego y sangre acrecentaran el odio hacia ellos y será imposible que alguien reconozca sus virtudes por más buenas que sean en el futuro.



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